Son tan irritantes las lagrimas de una madre,
con el ir y venir del injusto enjendro
que una vez sembro.
En las llagas yacen las infames horas
que el recuerdo entierra en nuestros corazones.
y aún veo la sombra de áquel.
y aún lo siento, y sin embargo
me es ajeno.
Porqué en la muerte del espiritu,
solo la verdad prevalece.
Ruy Ant.